Lunes 25 de enero
de 2016
DÍA 8: Corazones
que arden por la unidad
Lecturas.
Is
52, 7-9: “¡Qué
grato es oír por los montes los pies del que trae buenas nuevas!”
Sal
30: “Convertiste
mi llanto en danza”.
Col
1, 27-29: “Dándoles
a conocer la gloria y la riqueza que este plan encierra para los paganos. Me
refiero a Cristo, que vive en ustedes y es la esperanza de la gloria”.
Lc
24, 13-36: “Empezando
por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó cada uno de los
pasajes de la Escritura que se referían a él mismo”.
Diferentes Iglesias
de Letonia han logrado trabajar juntas en la evangelización a través del curso
Alfa que se desarrolló en la iglesia anglicana de la Santísima Trinidad, en
Brompton, Londres. Los cristianos que han llegado a la fe a través de este
programa permanecen abiertos a aprender y a ser enriquecidos por los dones de
otras comunidades cristianas. Esta experiencia inspiró las siguientes
reflexiones.
Comentario
Los discípulos
decepcionados que dejan Jerusalén camino de Emaús perdieron su esperanza de
que Jesús fuera el Mesías y se alejan de su comunidad. Es un viaje de
separación y aislamiento.
Por el contrario,
regresan a Jerusalén llenos de esperanza con una Buena Noticia en sus labios.
Este mensaje de la resurrección los lleva de regreso al corazón de su comunidad
y a una comunión de vida.
Con mucha
frecuencia los cristianos intentan evangelizar con un espíritu competitivo;
quieren llenar sus propias Iglesias. La ambición aplasta el deseo de que otros
oigan el mensaje dador de vida del Evangelio. La evangelización auténtica, en
cambio, es un viaje de Emaús a Jerusalén, un viaje del aislamiento a la unidad.
Preguntas
¿Cuáles son las
decepciones que nos aíslan de los demás?
¿Cuáles son los
dones (iniciativas, métodos y programas) que podemos recibir de otras
comunidades cristianas?
Oración
Señor Jesús,
hiciste que nuestros corazones ardieran dentro de nosotros y nos mandaste de
regreso por el camino hacia nuestros hermanos y hermanas con el mensaje del
Evangelio en nuestros labios. Ayúdanos a ver que la esperanza y la obediencia a
tus mandamientos siempre conducen a una mayor unidad de tu pueblo. Amén.