LECTURA:
La Madre Teresa de Calcuta fue una mujer que se hizo famosa en todo el mundo por dedicar su vida a ayudar a los más pobres.
Nació en 1910 en Macedonia, en una familia católica. Desde muy niña sintió la necesidad de pertenecer a la Iglesia y a los 18 años se fue a Irlanda para recibir formación religiosa. Poco después decidió irse la ciudad de Calcuta, en la India, y allí se hizo monja.
Estuvo veinte años trabajando como maestra en un colegio para chicas, pero un día pensó que lo que realmente quería era ayudar a los más necesitados, así que lo dejó todo y fundó una congregación religiosa a la que llamó Misioneras de la Caridad. Se vistió con ropas blancas bordadas de azul, y a partir de entonces, se internó en los barrios más pobres de Calcuta para ayudar a los hambrientos, a los enfermos de lepra, a los niños abandonados, a los tuberculosos… Se mezclaba con todos ellos para proporcionarles ayuda y consuelo. Poco a poco se fueron uniendo más misioneras a su congregación para dedicar también su esfuerzo y su vida a luchar por la gente más abandonada de la sociedad. Dedicó su vida a los más pobres pero, ella decía: “Recibí de ellos muchísimo más de lo que les había dado. Me transmitieron su alegría y su libertad. Me demostraron que se puede disfrutar de lo que la vida te ofrece sin necesidad de poseerlo.. Me dieron lecciones de generosidad y de solidaridad. Me enseñaron a afrontar las dificultades con entereza. Me regalaron constantemente sus sonrisas.”
Recibió el premio Nobel de la Paz en 1979.
Los últimos años de su vida tuvo problemas de salud, y hasta el mismo Papa Juan Pablo II le rogó por su bien que dejara de trabajar. Pero la Madre Teresa siguió ayudando sin descanso a miles de personas que vivían en la miseria, hasta el final de sus días.
Falleció en 1997 y el mundo entero lloró su muerte. En 2003 fue beatificada por el Papa. Hoy en día está considerada una de las personas más importantes del siglo XX.
REFLEXIÓN Y RECURSO AUDIOVISUAL:
En el video aparecen una serie de frases de Teresa de Calcuta, podemos pedirles a los chicos que se fijen atentamente en ellas y que recuerden aquella que más les ha llamando la atención y que la compartan con los demás.
ORACIÓN:
Señor Jesús, revélate en los pequeños;
manifiéstate y que yo descubra tu rostro
en los humildes, en los marginados, en los despreciados.
Señor Jesús, dame un corazón sencillo y humilde,
para que me acerque a ti y a tus predilectos, los pobres,
y en ellos te reconozca crucificado hoy.
Jesús, aquí estoy contigo,
unido a los hombres y mujeres que sufren desde el silencio.
estoy aquí, Jesús, y en mi corazón quiero hacerte presentes
a todos los hombres que el dolor, la miseria, el hambre,…
tiene crucificados.