MISIONERA EN PAKISTÁN: TESTIMONIO DE LA HERMANA PILAR

Pilar Vila San Juan: «Los cristianos no tienen protección, por eso estamos aquí los misioneros»
La hermana Pilar Vila San Juan lleva 18 años al servicio de la comunidad cristiana del Colegio de la Orden Jesús María en Lahore, Pakistán. Ha vivido, en primera línea, la persecución contra los cristianos que se vive en este país, donde por el simple hecho de profesar la fe de Cristo ya eres visto como un ser inferior. Testigo de la masacre de Peshawar y del asalto a la Josep Colony, el barrio cristiano de Lahore por una turba de musulmanes radicales, ha vivido con tristeza el último atentado contra una iglesia de Lahore, en la que murieron casi 70 fieles. Confiesa que la situación está cada vez peor y defiende la labor de los misioneros en Pakistán con estas duras palabras: “Los cristianos no tienen protección, por eso estamos aquí los misioneros, para que caigan menos de los que caen”.

La difusión de la dramática realidad que viven muchos cristianos en el mundo debe instar a los gobiernos e instituciones internacionales a actuar de inmediato y poner fin a la persecución y el martirio del que son objeto.

Cada vez son más los cristianos que son perseguidos simplemente por su fe, por creer en Dios, en el mensaje de Jesús. Como nos ha mostrado la hermana Pilar, los misioneros no huyen del peligro, se quedan junto a las personas que se encuentran en dificultad, aunque su propia vida se ponga en riesgo. Un gran ejemplo para nuestras vidas. ¿Qué hacemos nosotros ante las dificultades? ¿Nos echamos atrás? ¿Estamos siempre dispuestos a ayudar al que lo necesita? ¿Y nos mostramos ante los demás como cristianos? ¿Nos sentimos orgullosos de creer en Jesús y lo comunicamos? Muchos lo hacen en el mundo aunque les cueste la vida.

CITA EVANGÉLICA:
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿de quién me asustaré?
(Salmo 27)


RECURSOS DIGITALES:

(Misionera en Pakistán: testimonio de la hermana Pilar)




ORACIÓN:

Señor, que pueda verte en los acontecimientos de cada día.
Que sepa verte en las personas que están, cerca y lejos, dando testimonio de ti.
Que aprenda a buscarte también en la Palabra y los sacramentos.
Que oiga, Señor, que hoy, aquí y ahora Tú llamas a mi puerta.
Que sea capaz de abrirla y dejarte entrar.
Que sepa recibirte y acogerte para que yo también pueda ser tu testigo.
Amén.